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En agosto se celebra la semana mundial de la lactancia materna

En agosto se celebra la semana mundial de la lactancia materna
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Agosto 2020. En la semana mundial de la lactancia materna hay que destacar que, aunque la madre tenga un resultado positivo para COVID-19 puede dar de amamantar, tomando ciertas precauciones. Para tener una correcta extracción de la leche materna, la madre debe extraerse la leche con un extractor, después de limpiarse con cuidado los pechos y las manos, para brindar una leche sana y cuidada al bebé.

Otra recomendación, es que la mamá o cuidadora del bebé debe lavarse las manos exhaustivamente antes de tocar los biberones o alimentar al bebé.

Estamos en la primera semana de agosto cuando se celebra -en más de 170 países- la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Este es un hito importante que prioriza la salud del bebé quien recibe a través de la madre los anticuerpos necesarios para la vida en el mundo exterior.

Empresas como Nestlé apoyan esta iniciativa porque consideran la lactancia materna imprescindible, tanto para la salud materna como para la salud del bebé.

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.

La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los lactantes y niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables.

Para las madres dar de lactar es altamente favorable, ya que su cuerpo libera hormonas que promueven su bienestar y alivio del estrés post parto. 
Por otro lado, también favorece la involución uterina, disminuyendo las hemorragias postparto, retrasando la ovulación, y reduciendo, así, el riesgo de cáncer de mama y de ovario. También favorece la remineralización ósea, disminuyendo el riesgo de incidencia de fractura postmenopáusicas. 

La leche materna protege al bebé de muchas infecciones. Los bebés que amamantan tienen menos probabilidades de sufrir síntomas respiratorios graves cuando se enferman.

La leche materna tiene mejor digestibilidad y reduce el riesgo de infecciones gracias a agentes inmunológicos (agentes antimicrobianos, antiinflamatorios e inmunomoduladores) disminuye el riesgo de alergias, previene diversas enfermedades en el adulto (obesidad, hipertensión arterial, ateroesclerosis), favorece el desarrollo neurológico, visual e intelectual; tiene un papel protector frente a diversas enfermedades (diabetes mellitus, muerte súbita del lactante, enterocolitis necrotizante, enfermedad inflamatoria intestinal y linfoma); además de favorecer el vínculo afectivo madre-hijo.